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Existe una relacion entre la actividad fisica y la personalidad?


Desde hace varios decenios destacados deportistas, entrenadores y psicólogos consideran que las variables psicológicas intervienen en el tipo de práctica deportiva y el nivel del rendimiento deportivo que el sujeto pueda presentar (Riera, 1985; Dosil, 2004).

    La personalidad, la motivación, la ansiedad, la concentración, así como la autoeficacia, la autoestima y la cohesión, son algunas de las muchas variables que se han estudiado en el área que se ha denominado psicología del deporte (Riera, 1985; Viadé, 2003; Dosil, 2004).

    En cuanto al estudio de la personalidad en relación con el deporte es posible encontrar antecedentes al respecto, desde la década de los 60, siendo desde el principio uno de los temas más recurrentes de los trabajos de los investigadores, al punto de constituir en la actualidad un elemento tenido muy en cuenta por entrenadores, técnicos, profesores, y psicólogos del deporte, en cuanto a comprender el comportamiento del deportista (Vealey, 2002; Viadé, 2003).




    En los estudios sobre la relación entre personalidad y deporte se han tomado en cuenta las más diversas situaciones y variables: diferentes deportes, niveles de competición, el practicar o no un deporte, situación de género, posiciones y desempeños, etc. Asimismo, desde el momento inicial en el que comenzaron a presentarse los resultados de las investigaciones realizadas, de manera temprana se apuntó al establecimiento de dos tendencias hoy plenamente vigentes (Bakker, Whiting y Van der Brug, 2002): En la primera tendencia, que ha sido identificada como tendencia escéptica, los autores que pueden ser adscritos dentro de ésta, bien pudieran afirmar que los rasgos de personalidad apenas y tienen relevancia en la explicación, determinación o predecibilidad de las diferencias observadas entre los deportistas y no deportistas o entre los practicantes o no, de alguna actividad física y deportiva (Bakker, Whiting y Van der Brug, 2002; Vealey, 2002).

    Por otra parte, los partidarios de la tendencia crédula atribuirían valor y utilidad a los rasgos de personalidad no solamente en cuanto a la explicación del comportamiento del deportista, sino inclusive en cuanto a la predictibilidad del individuo en cuanto deportista, al interior de un deporte particular en referencia a los distintos grupos que se han citado anteriormente.

    La ausencia de conclusiones definitivas en la relación entre personalidad y deporte se deriva no solamente de los problemas metodológicos, estadísticos e interpretativos propios del área, lo que suele llevar a la proposición del empleo de aproximaciones que incluyan diferentes modelos y metodologías (Ruiz, 2001; Vealey, 2002). La ausencia de tales conclusiones definitivas está por cierto, presente también en todo ámbito social (educativo, laboral, político, familiar, comunitario, grupal) en el que se pretenda estudiar la eventual determinación de la personalidad (Cloninger, 2000; Larsen y Buss, 2005).

    La práctica recurrente a la que suele acudir la tendencia crédula incluye en casi todos los casos, un esfuerzo por establecer los rasgos de personalidad de diversos deportistas en diversos escenarios, condiciones, deportes y relaciones. En este sentido la tendencia crédula ha carecido en general de una visión evolutiva: El estudiar la forma en la que la personalidad determina la relación del sujeto con el deporte en individuos plenamente integrados a la actividad deportiva (o plenamente no integrados a la actividad deportiva), carece de una perspectiva evolutiva que se priva de poder encontrar la relación que supone en fenómenos plenamente desarrollados, en los estados iniciales de esos mismos fenómenos. Si la relación que se supone en tales fenómenos es legítima, deberá encontrarse aún en sus estados previos, lo que permitiría incrementar el valor predictivo del hallazgo al poder referir no solamente desempeños o rendimientos (como sucede cuando se conoce la personalidad de un deportista formado), sino pudiendo establecer el tipo de acercamiento que un individuo novel puede tener en relación a la actividad física y deportiva, lo que sería de gran utilidad para las ciencias de la actividad física y deportiva.

    Es decir, un principio elemental en investigación científica, el de parsimoniosidad (McGuigan, 1990), que indica la necesidad de atender a la hipótesis más sencilla en preferencia a la más compleja en tanto tengan el mismo alcance explicativo, es la postura por la que se opta en el presente trabajo, asumiendo la opinión de que los fenómenos que se pretenden estudiar (la personalidad y la significación de la actividad física y deportiva) resultan más parsimoniosos en sus estados iniciales. Al estudiar la eventualidad de que la personalidad determine la relación del sujeto con el deporte, debiera preferirse buscar tal relación no en sujetos deportistas, sino en sujetos. No con especialistas en la práctica de algún deporte, sino en individuos aún no involucrados en una práctica deportiva formal. No con deportistas, sino con personas con un acercamiento inicial a la actividad física y deportiva.

    Un pequeño grupo representativo de individuos que reúnen los criterios que aquí se han estado considerando, constituye precisamente la muestra de sujetos que se ha seleccionado para la presente investigación, en la pretensión de dar cumplimiento al objetivo de la misma: establecer la determinación de ciertos rasgos de personalidad en adolescentes en relación con la significación de la actividad física y deportiva.

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